Siempre que vamos a iniciar un año nuevo nos planteamos metas, tareas y compromisos que nos ayudarán a formar a lo largo de 365 días, una mejor persona. Esto es aplicable en todos los ámbitos: familiar, laboral, escolar, social, etc.
El plantearnos desde un principio propósitos a corto, mediano y largo plazo, nos ayuda a ir diseñando nuestro camino; mismo que tiene como objetivo uno o más destinos, que a su vez serán escalas hasta llegar a nuestra gran meta.
Cuando al final del año volteamos hacia atrás y vemos lo que hemos hecho en los últimos 12 meses. nos damos cuenta de que en esta vida todos llevamos un camino propio, mismo que vamos construyendo, así como reparando las fallas que encontramos en nuestro andar.
El recibir un año nuevo implica reconocer nuestros logros pero también nuestros errores y fracasos, para así evitarlos en este año que comienza. Los seres humanos aprendemos precisamente de nuestros errores, siempre se aprenden las lecciones de la vida, por más duras o crueles que parezcan.
No importa si nuestros propósitos son muchos o pocos, fáciles o difíciles, lo importante es tenerlos en cuenta y cumplirlos, pues solo de ésta manera, lograremos superarnos como personas y evitaremos perdernos en nuestra vida.
Puede ser que debido a un obstáculo pensemos que no llegaremos a nuestra meta, en este caso debemos saber que después de un largo y difícil camino, siempre se llega a un lugar confortable, en donde podremos descansar para después continuar para alcanzar un gran beneficio: el vivir saludablemente en armonía de los demás.
No te preocupes, mejor utiliza tu tiempo avanzando en tu proyecto más grande e importante: ¡Tu vida!
Escrito por: Daniel Lara